martes, 18 de noviembre de 2008

“SI LA REFORMA POLÍTICA SE HUBIERA HECHO ANTES, SCHIARETTI NO SERÍA GOBERNADOR”

El viceintendente de Córdoba, Carlos Vicente, dice que la reforma política es una obligación para dejar atrás la tragedia del fraude del 2 de septiembre de 2007 y garantizar los derechos de los cordobeses.

Se rasca la barba y mira fijo antes de hablar. “La reforma política es necesaria, pero el sistema político es perezoso para alterar las reglas que norman su funcionamiento. El problema es que si no lo hacemos, la crisis de representación y la baja confianza social en los gobernantes, seguirá cotizando alto. Los países que funcionan, que son más justos, tienen esquemas de participación, transparencia y control ciudadano que nosotros aún nos debemos. La reforma política debe ir ahí; al hueso de nuestros dramas”. Carlos Vicente, el viceintendente de la ciudad de Córdoba, habla convencido desde uno de los laterales de la mesa de reuniones de su despacho en el Concejo Deliberante. Lo hizo durante una hora, entre mate y mate. Después, partió a la manifestación de apoyo del Frente Cívico a los trabajadores estatales. El que sigue es el tramo sustancial de la entrevista que concedió a La Esquina.

-La reforma política no es un tema que figure en la agenda inmediata de la sociedad, ¿por qué el sistema político lo sube a los lugares de privilegio?
-Habría que diferenciar agenda pública de agenda política. El sistema de medios no sube la arquitectura del sistema político a un lugar importante, lo hace espasmódicamente. Después, la manera en que se conforman y funcionan las instituciones no es una preocupación de la sociedad que, en general, está jaqueada por los problemas cotidianos como la falta de buen empleo, la inflación, la inseguridad, los colectivos que no funcionan del todo bien… Lo cierto es que la reforma política incide sobre estas situaciones cotidianas. Además, que el sistema político se interese por la reforma política es bueno, porque implica la voluntad de alterar normas que ayudan a no solucionar los problemas cotidianos. Es, quizá, un signo de madurez porque hay una apuesta seria por mejorar la institucionalidad. Además, no nos olvidemos que en Córdoba hubo fraude el 2 de septiembre de 2007, y es una obligación remover las causas de esta tragedia política para la provincia. La democracia necesita de la legitimidad, porque de lo contrario las instituciones y los derechos del pueblo se degradan; las conquistas se pierden. Vivimos peor.

-¿La reforma es sólo electoral o también debe abarcar otros campos?-La reforma política debe alcanzar al sistema electoral, al funcionamiento de los partidos políticos, a los institutos de democracia semidirecta y de participación, y al funcionamiento institucional. Debemos trabajar seriamente en garantizar los derechos de los cordobeses, ése es el desafío.

-¿Semejante cantidad de cambios debe quedar sólo en manos de la estructura política?-Sin partidos políticos no hay sistema democrático, en consecuencia, no existe duda sobre la necesidad de su participación. Pero en la ciudad no podemos repetir la experiencia condicionada que se dio en la provincia, reducida a “notables”. En realidad, en la provincia se requiere una reforma constitucional que efectivice los cambios que demanda la sociedad y la sustentabilidad del sistema político. En ese sentido, por ejemplo, es clave trabajar y alterar la cláusula que garantiza mayoría legislativa al que gobierna y para eso se requiere modificar la Constitución. Se requiere consultar y escuchar a todos los que tengan representación social, política e institucional y eso es lo que trataremos de instrumentar en el Concejo Deliberante al abordar esta cuestión. Para ello vamos a estructurar una comisión especial integrada por los concejales de todas las fuerzas con representación en el cuerpo y el Departamento Ejecutivo y durante 180 días discutiremos con todos los que tengan algo para decir sobre este tema y en base a una agenda preestablecida, luego serán los concejales los que deberán determinar la magnitud de las transformaciones.

-¿En qué modificaría la vida de la gente la reforma política?-Por ejemplo, si el sistema electoral hubiera sido diferente, Juan Schiaretti, no sería gobernador porque el fraude hubiera sido una ficción y Luis Juez no hubiera ajustado el sistema jubilatorio estatal, con el que se perjudica a nuestros jubilados. Deberían ser más prácticos los instrumentos de participación o democracia semidirecta y, por ejemplo, deberíamos crear la banca del ciudadano, permitiendo a los vecinos señalar sus problemas y plantear sus iniciativas en el Concejo Deliberante. Tendría que promover el desarrollo de políticas de Estado a partir de eliminar la famosa cláusula de gobernabilidad –requiere modificar la Constitución Provincial-. Nos obligaría a construir consensos y eso debería permitir el desarrollo de políticas y medidas de mediano y largo plazo. Acabaría aquello de que el nuevo gobernante siempre funda una ciudad o una provincia nueva y el viejo es un desastre que hizo todo mal. Gobernar no sería posible sin acuerdos y ya nadie podría decir que “yo no tuve nada que ver”. Es a todo esto que llamo una nueva arquitectura institucional.

-¿Es posible hacerla o quedará como tantas buenas intenciones, en la nada?-No sólo es posible, debemos hacerla. El 2 de septiembre es una bisagra en nuestra historia y atrás van a quedar los que privilegiaron sus intereses por sobre los de todos. Porque no habrá cambios genuinos sin dejar atrás el neoliberalismo, esto es, las políticas de exclusión social y económica, de sumisión, de vulneración de derechos. La reforma política es eso, que haya más derechos y que los cordobeses demanden su cumplimiento.

Consensos, diálogo y participación
Los ejes políticos sobre los que Vicente quiere conducir la Reforma Política Municipal son los siguientes:
- La generación del más amplio consenso político-social.
- El fortalecimiento de las instituciones del Gobierno Municipal, que sean canales naturales para el dialogo político, la construcción de consensos y la participación ciudadana.
- La elaboración de una propuesta de reforma, que incluya tanto el carácter de las iniciativas como así el señalamiento de los mecanismos legales adecuados para llevar adelante este proceso.

La agenda- Boleta única o voto electrónico.
- Prohibición de sumatorias.
- Separar las elecciones municipales de las provinciales y nacionales.
- Establecer una fecha fija e inamovible para la convocatoria a los actos electorales locales.
- Reglamentar el Artículo 141 de la Carta Orgánica Municipal, referido a la publicidad del origen y el destino de los fondos y las plataformas electorales de los partidos políticos que actúen en el ámbito municipal.
- Revisar la organización de la Junta Electoral Municipal, para dotarla de mecanismos que le permitan el control del acto electoral de modo ordenado, eficaz y transparente.
- Reexaminar la reglamentación de los institutos de democracia semi-directa y de participación ciudadana. (Por ejemplo, Banca del Ciudadano)
- Crear institutos que garanticen la defensa de los derechos e intereses de los vecinos (Defensor de la Ciudad y Veedurías Ciudadanas).
- Modificar -en caso de que se reforme la Constitución Provincial- la cláusula de gobernabilidad, impulsando la revisión del sistema de distribución de bancas en el Concejo Deliberante, a fin de permitir una adecuada representación de mayoría y minorías.

Entrevista publicada en la revista digital La Esquina – Edición de Septiembre.

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