La palabra consenso suele estar en boca de buena parte de la sociedad como deseo, pero de una minoría cuando se trata de darle sustancia y trascendencia. El caso de la aprobación del pliego de licitación nacional e internacional del servicio de higiene urbana de la ciudad de Córdoba el pasado viernes 16 de mayo es un fuerte ejemplo de la segunda aseveración. Después de ocho meses de trabajo, debate, participación ciudadana y voluntad de transformación el pliego fue aprobado por el Concejo Deliberante de la ciudad, conteniendo el corazón del plan estratégico de esta gestión respecto al tipo de servicio público a diseñar, pero fundamentalmente introduciendo el punto de vista y buena parte de los intereses y sugerencias que manifestaron las organizaciones de la sociedad civil, los ciudadanos y los especialistas. Se trata de un documento audaz porque cambia la matriz sobre la que se desplegará el nuevo servicio, pero que tiene un enorme caudal de aporte social, que perfeccionó la herramienta inicial y optimizó sus alcances hasta el punto de poder asegurar que el nuevo servicio está hecho a medida de los cordobeses.
El consenso es un objetivo de la acción política. Permite dar paso a la construcción común, a la idea de que hay un camino que se puede hacer entre todos, de que es posible llegar a un destino determinado con el esfuerzo del conjunto. El consenso es el presupuesto básico de una política pública, es decir que tenga alcance universal, y que pueda cambiar una realidad injusta. Y el punto de partida de esta iniciativa partió del relevamiento evidente de la injusticia existente, al menos, en tres planos: un servicio que no era igual para todos los habitantes de la ciudad ni en cantidad ni en calidad; un nivel de impacto ambiental altísimo por la desorbitante cantidad de toneladas de residuos y escombros que se entierran en Bouwer; y recolectores informales que intentan obtener residuos secos para reutilizar en un sistema que no los contempla y los utiliza.
Desde ese lugar partió la búsqueda alrededor de definiciones centrales. Competencia, generando dos zonas para operadores diferentes, para elevar la calidad y cantidad de servicio optimizando, a su vez, los costos de la actividad. Menor impacto ambiental a través de la recolección diferenciada en origen de residuos secos y húmedos e inclusión social, donde los vecinos se convertirán en protagonistas sustanciales de la lucha por mejorar el ambiente, reduciendo el tonelaje a enterrar en la disposición final –una solución económica y ambiental- y permitiendo procesar vidrios, papeles, cartones y plásticos en centros verdes que contendrán la tarea más importante y redituable del esquema y donde convergerán organizados en empresas sociales –cooperativas u ONGs- los cartoneros y carreros. Transparencia, por medio de un pacto de integridad contra la corrupción y un sistema de evaluación técnica y económica de los oferentes que objetiviza las ofertas, promoviendo además una elevación de la calidad y diversidad de las propuestas empresarias. Derechos, un modelo que contemplara la promoción y vigencia de los derechos ambientales de los cordobeses y laborales de todos los trabajadores que intervienen en este negocio.
Aunque semejante planteamiento tiene otro componente central: la participación. No existe en la historia de Córdoba una norma que haya contado con semejante protagonismo ciudadano para su aprobación. Durante cinco meses fueron escuchadas más de 150 sugerencias de ONGs, universidades y ciudadanos, y más de medio centenar de ellas ingresaron en la redacción del pliego. Podemos afirmar que este pliego es un producto genuino de los cordobeses y un ejemplo de cómo deben elaborarse actos políticos y técnicos que incidirán en la vida de todos hasta 2016.
Consensuar requiere tiempo, seriedad y perseverancia. Este pliego es fruto de una construcción que durmió las urgencias y se propuso escuchar y debatir hasta alcanzar puntos de contacto. Podemos asegurar que lo hemos logrado. Para nosotros, este modelo de trabajo y construcción política es un ejemplo de lo que debemos hacer.
Carlos Vicente
Viceintendente de la ciudad de Córdoba
martes, 27 de mayo de 2008
LOS CONSENSOS SE CONSTRUYEN CON ESFUERZO Y PERSEVERANCIA
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