Cuando se inició el proceso que desembocó en la aprobación este viernes 16 de mayo de 2008 del pliego para la licitación del servicio de higiene urbana para la ciudad de Córdoba nos propusimos superar el modelo de recolección, limpieza y disposición de residuos que funciona aún hoy. Hemos dado el primer paso que es el diseño de un plan; ahora continuara el proceso de licitación y adjudicación de la concesión. Lo hicimos por la convicción de que el paradigma de recolectar-transportar-enterrar es un sistema que debe dar paso a uno más moderno, como es el de separar residuos en origen, transportar los residuos secos hasta los centros verdes para su reutilización, y disminuir la cantidad de toneladas de residuos húmedos que van a enterramiento. No es un capricho. No es sólo un asunto logístico. Ése recorrido encierra la decisión de los cordobeses de no contaminar nuestro entorno como lo venimos haciendo hasta el presente. A tal punto, que reduciremos en 30 mil toneladas por mes el volumen de residuos que irán al vertedero de Bouwer, aproximadamente la mitad de las actuales. Se trata de un desarrollo que se realizará en los próximos cuatro años, disminuyendo –entre otras cualidades- la emisión de gases de efecto invernadero.
De esta descripción se evidencia, además, la existencia de una política pública elaborada por el Estado local con la participación de las organizaciones de la sociedad civil, universidades y los vecinos de la ciudad. Es una política de la ciudad dirigida a toda la ciudad. No hay en la historia de Córdoba una norma que se haya elaborado con semejante nivel de participación ciudadana y con semejante compromiso de la sociedad política para incorporar esas demandas. Se trata de un episodio histórico el que vivimos este 16 de mayo. Fueron escuchadas las opiniones de más de un centenar de organizaciones de todo tipo y vecinos a lo largo de seis meses. Se receptaron más de 150 proposiciones; se incluyeron en el pliego alrededor de un tercio. Esta experiencia demostró que es posible y superador crear políticas públicas con la concurrencia del conjunto de la sociedad; y que transformar requiere de participación y transparencia.
La primera pregunta que nos planteamos en octubre de 2007, cuando el equipo de trabajo comenzó a analizar el plan técnico y político que se iba a ejecutar para alcanzar este objetivo, fue: ¿Es posible aunar inclusión social, reducción del impacto ambiental de la generación de residuos, mejor servicio y optimizar costos? Ocho meses más tarde podemos decir que sí y que esa conclusión es fruto del nivel de participación y confianza existente entre todos los actores que intervinieron sobre el buen destino de esta tarea. Cierto es que ahora sigue el tiempo de la ejecución, en el que todas estas ideas y sistemas contenidos en el pliego deberán ser llevados a la practica, pero el primer paso, el de unir todos esos objetivos; el de desarrollar instrumentos para hacerlo, está dado.
Además, el Frente Cívico y Social, como fuerza transformadora que es, pudo sumar a la agenda pública el eje de la inclusión social. Desde instalar en el pliego de esta licitación pública nacional e internacional la palabra cartoneros o carreros, hasta establecer un sistema de trabajo en los centros verdes y escombreras que permitirá a los recolectores informales formalizar su actividad y obtener más recursos por ella.
Todo esto tiene el aditamento de haber elaborado un modelo de contratación basado en la transparencia y la exigencia de óptimo niveles de calidad técnica y costo económico adecuado. En definitiva, Córdoba como ciudad enamorada de las transformaciones y las convicciones, tendrá un servicio público acorde a lo que representa su historia y lo que requiere su futuro.
Carlos Vicente
Viceintendente de la ciudad de Córdoba
> Publicado en el diario Comercio & Justicia el 28/05/2008.
martes, 27 de mayo de 2008
UN NUEVO PARADIGMA
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