lunes, 12 de mayo de 2008

REFORMAS (POLÍTICAS) POSIBLES EN TIEMPOS DE POLÍTICA VIVA

Los años 90 fueron de muerte para la politica. La estabilidad económica, la paridad del dólar y los ajustes de estado recetados, se discutían con pizza y champán. El credo rezaba ´muera la politica, que genera gastos, ahorremos’ Con el estallido del 2001, esa consideración de la politica se agravó al punto de sostener que la única posibilidad estaba en la sociedad civil, directamente organizada y no a través de partidos politicos.

Para ello hubo propuestas como la de pasar a un sistema uninominal, que no quiere decir mas que ‘un nombre’ (ese sistema elimina la lista de diputados y la reemplaza por un candidato de un circuito mas pequeño, en el cual el que saca mas votos gana, sin dejar lugar a la representación de minorias) Otra propuesta consistía en suspender el monopolio de los partidos políticos de las candidaturas. Que los candidatos pudieran ser miembros independientes de la sociedad, que por ende, no propusieran programas organizados ideológicamente sino propuestas personales sostenidas en la imagen del candidato.

Conviene analizar uno de los corolarios de esta posición. Los mapas ideológicos se consideran irrelevantes para los sectores que proponen estas modificaciones y en cambio, cobra peso el discurso tranquilizador y amable de ‘la gente´. Se pasa de discutir propuestas que tienen impacto en distintos grupos sociales, a hablar de lo que le importa a la gente. Considero que es necesario señalar que ‘la gente’ no es un colectivo homogéneo, que hay gente que paga pocos impuestos y tiene altos ingresos, que hay gente que no accede a la educación pública o a salud, que hay gente que sufre la precariedad laboral, etc. Todos ellos son ‘gente’ que no puede ser tratada con la misma política. Y en estos conflictos reside la esencia de la política, en priorizar ciertos colectivos sociales y sus intereses, sobre otros. Los encargados de organizar las ideas y propuestas para definir estas politicas son los partidos, que en base a sus prioridades consiguen agrupar simpatizantes, elaborar estrategias para ganar elecciones y llegado el momento poner en marcha las propuestas que priorizan.

Los tiempos de la política como mala palabra pasaron, aunque quedaron las consecuencias: una de las peores distribuciones del ingreso en mucho tiempo, fragmentación y crisis de los partidos y bajos niveles de participación política (incluso en áreas antes impensables, como el acto de ir a votar o de fiscalizar o presidir mesas electorales). Estas dificultades en términos electorales nos han puesto a trabajar. Celebro que estemos empezando a escuchar en diversos ámbitos ‘hay que fortalecer los partidos polítcos’ ‘ las ongs son muy importantes pero sin partidos no hay democracia’

Celebro que politicos, academicos y periodistas compartamos un espacio, nos escuchemos y discutamos argumentos. La acción política, la investigación académica y la comunicación juntas en foros como éste para seguir pensando en una reforma política posible.

Valeria Brusco
valeriabrusco@ciudad.com.ar

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